FLORECER
Cada vez es más frecuente y parece mentira que estemos en el siglo XXI y nos lluevan anuncios en los cuales hay que buscar la perfección y sobre todo en el género femenino, es un bombardeo y esto nos lleva a sentirnos mal, de bajón, con malestar, competitivas, de comenzar una carrera sin freno en búsqueda de “la perfección”
¡Es un no parar!, tenemos que adquirir los roles con total perfección, estar para todos y sobre todo ser:
Buena madre.
Buena esposa y amante.
Buena hija.
Buena hermana.
Buena nuera.
Buena profesional.
Buena amiga, etc.
Y lo que queda, si queda algo, para una misma.
¿Cuándo eres buena contigo misma? ¿Cuánto tiempo te dedicas a ti misma?
Desde que ponemos un pie en el suelo, toda nuestra energía va dedicada a los demás y apenas nos damos permiso, a parar, a preguntarnos qué necesitamos, como estamos, que sentimos y lo peor de todo, es que si lo hacemos “somos egoístas”.
Cuantas veces al cabo del día oigo a mi alrededor, ¡es que, si hago esto que yo quiero, soy una egoísta!
Y con estas expresiones me pregunto:
¿Y qué se puede dar a los demás, cuando tú no tienes que dar? Si tú no estás bien, no estas equilibrada, en ti no hay paz, no vives en armonía, entonces ¿qué es lo que estás dando a los demás?
Y al pensar en todo ello, me vino a la cabeza un texto que leí:
“Cuando la flor se abra no habrá manera de retener su fragancia y mantenerla guardada. La fragancia se escapa. Se propaga en todas las direcciones. Por eso, primero llénate, cólmate. Primero, sé. Luego, la fragancia que emane de tu ser alcanzará a muchas personas. Y no será un servicio, sino la pura felicidad de compartir. Y nada te hará disfrutar tanto como compartir tu alegría”. Osho
Para poder dar a los demás primero llénate, mímate, cuídate, crece, trátate bien, date tiempo, háblate con bellas palabras y cuando estés colmada será el momento de florecer.
Hay algo que es indudable: “Cuando florezcas empezarás a compartir”. Es inevitable.
Has venido a este mundo a FLORECER.
Raquel.
